La historia de Santa Úrsula (con acento, mind you) es oscura e intrincada, fabulosa, fantástica y, para muchos, irreal.
Santa Úrsula (dicen) era la cristiana hija de un rey Bretón. Un día, se embarcó con once mil vírgenes para llegar al lugar donde contraería matrimonio. Sin embargo, una inusitada tempestad la llevó a tierra continental. Aprovechando el golpe del azar, Úrsula decidió que, antes de casarse, peregrinaría junto con sus damas hacia Roma. PERO... Uno de los hombres más terribles, más temibles y despiadados, el huno ¡Atila el Terrible! había tomado la ciudad de Colonia, a donde llegó la virgen Úrsula en su peregrinar. Él se enamoró de ella a primera vista, y estaba decidido a casarse con ella, pero la bella Úrsula defendió su virginidad hasta la muerte, y fue martirizada junto a sus once mil vírgenes.
Su historia fue encontrada en una inscripción en una iglesia en Colonia, que ahora está dedicada a ella.
Y hoy es su santo.
(Y el mío también).