"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


19.6.11

En busca del tiempo perdido XI

                              Cosí si chiuderá il cerchio delle cose non accadute...
                                  -Alessandro Baricco, Questa storia


Existe también la posibilidad de destruir: anular el pasado e impedir el advenimiento del futuro. Pensemos en un ejemplo burdo, vanal, ridículo si se quiere: un postre. Un pastel: la dedicación de las necesarias horas, días tal vez: la adquisición de los ingredientes, la preparación de los recipientes, la búsqueda de las temperaturas adecuadas, la alquimia de las mezclas. Todo para que, en un momento dado (y a consecuencia de la falta de precaución, de no haber probado anteriormente la calidad de los ingredientes en un recipiente distinto), se vierta un huevo podrido o leche rancia. Y una vez vertida, ¿cómo separar la buena leche de la mala, lo sano de lo que quita salud, lo dulce de lo amargo? ¿Qué posibilidad queda sino que todos los esfuerzos, las horas invertidas, la salivación que anticipaba el resultado final, y hasta el gasto de dinero, acaben en la basura? El pasado quedará así desprovisto de utilidad, el futuro nunca llegará, y el presente quedará temporalmente vacío de sustento. 

Aunque también están los que opinan que un pasado roto no es nada. Al final uno se de cuenta de que nunca estuvo entero del todo.

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