_____________________- Regina Spektor
Haz click en las partes del cuerpo para formar tu mujer ideal, o algo así decía el anuncio con la caricatura de una chica peliroja de curvas pronunciadas en un trajecito azul apretado. Seguro, from this very moment, habrá ya quien se reacomode en el asiento, quien se reacomode la corbata, quien carraspee, quien volteé a ver a sus alrededores, o imagine, o recuerde, buscando...
Come to think of it, ha habido miles de encarnaciones distintas del deseo - desde las que ahora llamaríamos regordetas figuras de las estatuillas de primeras y desconocidas civilizaciones, o de las mujeres de las pinturas de Rubens (con pieles que ahora algún anuncio llamaría imperfectas), hasta las hiper-delgadas modelos que se alimentan de lechuga y agua y se acostumbran a sentir hambre (y que tal vez recuerden en las noches de insomnio el placer que producen la grasa, el azúcar, los carbohidratos y sus combinaciones en el paladar y en el olfato).
De lo que es natural, sólo dios sabe, supongo. Pero los cuerpos tienen sus caminos propios, se expanden a placer o no, cambian, se transforman, son. Al respecto, podría recordar varias anécdotas y datos curiosos. Por ejemplo, que en una tribu africana son los hombres los que se decoran con pinuras y trajes y accesorios vistosos, imitando los bailes de cortejo de ciertos animales, mientras las mujeres los miran, eligen, y luego escapan con ellos. Que alguna vez escuché a dos mujeres increpar e incluso expresar sentimientos de náusea frente a una fotografía que mostraba los pliegues de la carne de una mujer desnuda, que poseía dimensiones muy similares a las de ellas. Que algún filósofo, Derridá creo, alguna vez dijo algo así como que lo que se llama amor no es sino deseo. Que en un documental de Discovery Channel dicen que hay quienes se enamoran en 8 segundos a través de ningún otro sentido o saber que no sea el de la vista. Que Ana María Shua escribió algo breve sobre un hombre que en sueños perseguía con ansia a una mujer y que, al despertar y verla junto a él, se sintió fastidiado. Que Octavio Paz alguna vez habló del erotismo, como el deseo de tocar el alma, y no sólo el cuerpo:
_____Maybe one day you'll understand
_____I don't want nothing from you
_____but to sweetly hold your hand
_____Just come and open your folding chair next to me
_____My feet are buried in the sand
_____And there's a breeze
(Again, by Regina Spektor:)
1 comentario:
Me quedo con esa sentencia: "el amor no es más que deseo".
Saludos!
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