"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


26.2.09

When did you come to America VII - Why Mexicans like skeletons so much?

No sé.

La conversación había empezado mientras miraba pasar las cosas que no estaban alrededor de la pista de despegue. De repente sentí algo cerca de mi cara (creo que había estado ahí ya algún tiempo) y escuché un susurro insistente. Volteé y vi una mano sosteniendo - mas bien, ofreciendo- una envoltura verde diminuta. La tomé, un poco confundida pero agradecida, volteé un poco más la cabeza y le sonreí a la pasajera que estaba sentada a mi lado, una señora japonesa que aparentaba ser mucho más joven de lo que en realidad era (en cierto momento comparamos nuestros pasaportes para comprobarnos mutuamente nuestra edad real; ella decía que la fuente de la juventud se encontraba en el arte - ella es artista gráfica). Se llamaba Yumi .

El dulce era de té verde, lo que me emocionó sobremanera. Lo abrí, me lo comí y fingí, o quise creer con sinceridad, que sabía rico. Miré a Yumi con cara de está buenísimo, tratando de lograr el gesto de agrado más universal posible, y ella me vio con cara de no es cierto, saben feos, y dijo: es para la garganta (bueno, uno en ciertas latitudes aprende a esconder su ignorancia con gestos de amabilidad extrema para evitar ofensas interculturales innecesarias).

La envoltura del dulce me emocionó sobremanera también porque encontré un caracter reconocible: la letra japonesa para el sonido "no", que es muy bonita y una de mis favoritas; fue lo único que pude reconocer, pero fue suficiente para comenzar a entablar una conversación con Yumi sobre cosas japonesas y mexicanas.

Ella viajaba con su hermano, cuya hija se había casado con un mexicano y llevaba viviendo en México alrededor de 8 años, si no me engaña mi memoria. En Cuernavaca, para ser precisos, y era pianista de jazz. Su hermano hablaba un poquito de español, y había viajado ya muchas veces al país. Para Yumi era la primera vez, y su sobrina decía que la mejor época para viajar a nuestro/mi/este país era la Navidad.

Bueno, la verdad no me acuerdo cómo llegamos a discutir sobre calaveras y esqueletos y mexicanos. Tal vez hayamos empezado por las posadas y luego otras festividades y luego Yumi soltó la pregunta, seguramente sabiendo algunas cosas que yo no sabía (y sigo sin saber) que sabía. Creo que lo dijo por las calaveritas de día de muertos, o al menos eso me vino a la mente, todas las miles formas de representar a los muertos y celebrarlos y hasta bienvenirlos en esas fechas.

Soltó la pregunta como me la soltó una vez un señor koreano (mirándome fijamente a los ojos, con gran seriedad y hablando despacio, dejando silencios entre cada palabra, y con el dedo índice fijo sobre el mapa: ¿por qué pirámide luna lugar más importante pirámide sol?); no había ningún mapa para que Yumi posara su dedo índice determinantemente sobre él, pero estoy segura que el dedo índice de su mente se posaba claramente sobre algún punto muy concreto de su imaginario: Why Mexicans like skeletons so much?

La mera verdad, no sé.

Hace ya muchos años una amiga alemana me había preguntado lo mismo, pero, a diferencia de Yumi, que mostraba más bien una genuina curiosidad y hasta cierta fascinación, Daniela se mostraba consternada y hasta enojada, como un enojo que surgía de cierta repulsión que no sabría definir.

No sé, pero me gustaría saber. Si alguien sabe, que hable por favor. ¿Será que tendrá algo que ver con los tzompantlis, esos monumentos mexicas, calaveras puras, cuyo fin desconozco (como alguna vez lo sugirió alguien)? Seguro sí tendrá alguna raíz pre-hispánica, ¿no? ¿o no? Y sí es así, ¿de cuál? ¿Cuál habrá sido esa costumbre, esa concepción de la muerte, esa cosmovisión que permitía tal convivencia con los que ya no se cuentan entre nosotros, y que ahora la sigue posibilitando?


23.2.09

Las horas IV - Felicidad


I thought that was the beginning of happiness. But that was happiness, that moment, right there, o algo así dice a su hija Sara Vaughan, el personaje que hace Meryl Streep en Las Horas, basada en el libro de Michael Cunningham (que tampoco tengo a la mano, perdido en alguna caja en alguna latitud, igual que la película). Bueno, éso, la felicidad, para mí, una bolsa de galletas de la panadería de al lado: el momento en que me decido a entrar a comprarlas y me saboreo con los ojos las de nuez, las de canela y las que tienen como mermeladita en medio y azúcar glass alrededor - el momento en que la señora me las entrega y yo salgo muy mona con mi regordeta bolsita de papel, casi contoneándome como la patita de Cri-cri, y saco las llaves del departamento, o el momento en que salgo a prender la bomba del edificio, por la mañana, y me recibe el olor del pan recién horneado; o un baño de sol en el pasto, mientras él se sienta, cruzando la pierna, sobre una silla verde de plástico, y me mira, o mira al cielo, o fuma o me cuenta algo, o cuando nos acostamos los dos juntos sobre la cama de hojas secas en el jardín botánico, y miramos el cielo y nos tomamos de la mano y tratamos de enfocar la cámara de tal forma que saliéramos los dos en la foto; el primer beso después de días de distancia, o la desnudez compartida debajo de las cobijas, que se prolonga; ir al puesto de las flores cuando compro el mandado en el mercado; abrir el abanico con fuerza y mirar la tela roja, bien tensa, abierta y sostenida por las líneas de madera que dibujan también una media curva: abrir el abanico y mirarlo con la cabeza inclinada hacia el piso o hacia arriba, llenándome de la belleza que coloca en mí la serie de movimientos de tai-chi; preparar el té y servirlo en la tacita azul de cerámica que me regaló mi amiga Sheila, que ella misma hizo y que pintó con un barniz inventado por ella cuyo nombre ya olvidé: el momento en que le pongo la tapita para que no se escape el calor, en la cocina, o el momento en que lo destapo ya sobre la silla o el sillón y me acaricia el tenue olor de las hojas de limón o de menta; tomar un café, voltear, y verlo junto a mí, desayunando, en cualquier lugar; tomar el café, oír sonar el celular, y leer sobre una llamada telefónica, un aviso afortunado del trabajo, o una de las miles de formas que tiene de decirme te quiero; tomar el café, por la tarde, en alguna mesa sobre alguna calle, con el sol de frente, sabiéndome llena de él, llena de mí, o, a veces, llena del mundo que me toca.

Un momento.

Ponerme, de pijama, la playera que me dejó, y sentirme tan pequeña dentro de ella, inundarme de su olor, y reír.

O sentir el abrazo de una amiga que hace mucho no veía, oírla decir te quiero mucho, y después, qué bonito es poder decirlo a quien quieres en persona, y verla sonreír con sinceridad.


15.2.09

______________Para tí
_________________
______________Indeed, the hidden and the manifest
______________give birth to each other
______________Difficult and easy complement each other.
______________Long and short exhibit each other.
______________High and low set measure to each other.
______________Voice and sound harmonize each other.
______________Back and front follow each other.

___________________________- -Lao Tzu, Tao Teh Ching.





Les extrañará a muchos. A otros, les parecerá completamente imposible, aun cuando lo vean, aun cuando esté frente a sus ojos (aunque, es cierto, se trata de algo no comprobable, no medible, intangible). Muchos creerán que es un juego de ilusiones, un parche para la necesidad, un producto necio de la soledad. Otros verán engaños como oasis en los desiertos, o como enemigos a la distancia a través de prismáticos. Yo pregunto, sin que me interese la respuesta: ¿quién conoce el significado de las palabras que no se dicen los que se miran? ¿Quién entiende de sus curas, de sus paraísos, de sus noches difíciles? ¿Quién no ha sido testigo de su alquimia, de su ser de árbol de abril y agua de verano? ¿Quién sabe escuchar su música y reconocer otro misterio de la vida, otra variación del milagro casi sagrado, que se repite incesantemente y en múltiples formas?

¿Cuál será, para los que observan, el sentido de caminar la vida?