"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


29.12.09

Oggi ho bisogno di bellezza



Aveva la bellezza di cui solo i vinti sono capaci.

E la limpidezza delle cose deboli.

E la solitudine, perfetta, di ciò che si è perduto.

- Alessandro Baricco, Oceano Mare


















Si se diera la oportunidad, ver ininterrumpidamente (o no) Vatel, Hero, The Pillow Book, Orlando, Silk, Las estaciones de la vida, o alguna otra película de Kim Ki Duk.




Hacer, tal vez, una lista de cosas bellas, como lo habría hecho Sei Shonagon.


14.12.09

Tra le braccia d'un tramonto (o del Paraíso)



Ni Adán, ni Eva, ni nadie más fue expulsado del Paraíso. Somos nosotros quienes lo desterramos.










Il più bel sorriso (o de las sonrisas verdaderas)

Estaba sentado en cuclillas, diminuto, con unos pantalones grises y un suéter azul con rayas rojas. Llevaba en la mano una botella de refresco llena de agua. La sostenía en alto para después voltearla, dejando caer el agua sobre su cara, frotándola al mismo tiempo con la otra mano. Debería de tener 3 ó 4 años. Sus hermanos, que tendrían entre 6 y 11, pasaban entre los coches tratando de limpiar algún parabrisas.

Se dió cuenta de que lo estaba viendo, me miró, y me sonrió. Fue la sonrisa más sincera que haya visto, la más llena de la alegría más genuina. Entre los coches, a mitad de su baño, en un camellón en medio del tráfico, diminuto, y en cuclillas. Amplia, la sonrisa. Como si nada, como si la alegría también estuviera ahí, en medio de todo eso.

Le sonreí también, pero no con la misma sinceridad, sino más bien con amargura. No pude sostenerle la mirada; tuve que voltearme, cubrirme un poco el rostro, y tratar de ocultar que estaba llorando.

Ninguna ley del karma o del dharma, ningún dios misericordioso, ninguna promesa de paraíso o vida eterna pueden pretender justificar la vida de esos niños.

Cuando iba en la universidad, una maestra activista habló muy desdeñosamente sobre la gente que se conmovía hasta las lágrimas por las penas de otros. Nunca estuve de acuerdo. Creo que es justamente la incapacidad de conmoverse lo que posibilita la crueldad que a diario sucede a montones en este mundo. La indiferencia.

4.12.09

mi Città

Me rehúso a terminar de leerlo. Me rehúso a que se convierta en un recuerdo (empolvado o no), me rehúso a que se convierta en un libro definitivamente cerrado, me rehúso a regresarlo al estante y a dejar de llevarlo conmigo a todos lados. A los buenos amigos no se les abandona de esa manera.

City. Lo empecé a leer en la húmeda y calurosa soledad de un verano de Vancouver, tal vez, o en la de un caluroso otoño (un bello "indian summer"). Esperé más de un mes para que la librería lo trajera - pensé, incluso, que habían olvidado o cancelado mi pedido y ya estaba resignada cuando recibí la llamada, una tarde sin importancia mientras revisaba el correo. Tuve que esperar unos días más para ir a recogerlo, y por fin lo tuve junto a mí.

He de confesar que no fue una relación fácil, sobre todo al principio: conflictos de entendimiento y comprensión mutua, como en todas las relaciones: un suyo apasionado interés en el fútbol, y una mía aberración a él, acompañada de una ignorancia tal de la terminología que ni siquiera me dí cuenta de que estaba hablando de eso hasta después de varios párrafos; historias sobre el viejo oeste, otro de los temas de los que puedo perfectamente prescindir en mi vida, y, para acabarla de amolar, el box, tan parte de todo su mundo que varias veces cerré el libro y lo dejé por varios días, semanas, creo que incluso meses.

En este caso, el orgullo fue justamente lo que salvó la relación, junto con la curiosidad. Comencé a comprender el rompecabezas, los términos técnicos se volvieron familiares, las voces entrelíneas comencé a escucharlas, y, por fin, se produjo el enamoramiento: escuché la poesía disfrazada de prosa que tanto anhelaba. Comencé a subrayar mis frases favoritas con lápiz, algunas varias veces, como demostrando mayor acuerdo con lo dicho, y tal vez incluso haya circulado con gran entusiasmo una que otra.

Nuestro primer viaje juntos tuvo algo de romanticismo kitsch: no fue propiamente París, pero sí una especie de sucursal, la cosmopolita y vibrante Montreal. Estuvo conmigo mientras desayunaba tardíamente un café y algún panecillo, mientras me perdía (literalmente) por las calles, y mientras regresaba al lugar a donde me hospedaba en la fría y temprana oscuridad del país. Después estuvo el regreso a México, la visita a Cancún, y la tan esperada visita al hogar de mi confesado y verdadero amor, con quien lo engañé sin reparos - comunque, la nuestra nunca fue una relación declaradamente... abiertamente... definida, digamos.

Y estuvo ahí, siempre, en la ciudad. La ciudad mía tan querida y tan ansiada, mi ciudad y la suya juntas, y después la nueva partida, el nuevo hogar, a donde me acompañó también tantas otras veces durante tantos meses. Y el ahí, aquí, conmigo, contándome bellamente lo que yo sentía, dándome unas explicaciones maravillosamente lúcidas, consolándome otras veces, mostrándome varios nuevos paisajes, y hablándome del tiempo.

¿Cómo podría dejarlo atrás? ¿Cómo podría convertirlo en un recuerdo, en algo muerto que se revive a medias con la memoria? No puedo. Ni quiero. Me rehúso.

Y él me sigue esperando, sobre el escritorio, en la mesa de noche, o en la bolsa. Y yo lo miro, y sé que él me mira también, aunque no diga nada... Me pregunto qué pensará él.


29.11.09

Úrsula sabe dónde está Macondo


En cierta ocasión, meses después de la partida de Úrsula, empezaron a suceder cosas extrañas. Un frasco vacío que durante mucho tiempo estuvo olvidado en un armario se hizo tan pesado que fue imposible moverlo. Una cazuela de agua colocada en la mesa de trabajo hirvió sin fuego durante media hora hasta evaporarse por completo. José Arcadio Buendía y su hijo observaban aquellos fenómenos con asustado alborozo, sin legrar explicárselos, pero interpretándolos como anuncios de la materia. Un día la canastilla de Amaranta empezó a moverse con un impulso propio y dio una vuelta completa en el cuarto, ante la consternación de Aureliano, que se apresuró a detenerla. Pero su padre no se alteró. Puso la canastilla en su puesto y la amarró a la pata de una mesa, convencida de que el acontecimiento esperado era inminente. Fue en esa ocasión cuando Aureliano le oyó decir:

—Si no temes a Dios, témele a los metales.

De pronto, casi cinco meses después de su desaparición, volvió Úrsula. Llegó exaltada, rejuvenecida, con ropas nuevas de un estilo desconocido en la aldea. José Arcadio Buendia apenas si pudo resistir el impacto. "¡Era esto!", gritaba. "Yo sabía que iba a ocurrir." Y lo creía de veras, porque en sus prolongados encierros, mientras manipulaba la materia, rogaba en el fondo de su corazón que el prodigio esperado no fuera el hallazgo de la piedra filosofal, ni la liberación del soplo que hace vivir los metales, ni la facultad de convertir en oro las bisagras y cerraduras de la casa, sino lo que ahora había ocurrido: el regreso de Úrsula. Pero ella no compartía su alborozo. Le dio un beso convencional, como sí no hubiera estado ausente más de una hora, y le dijo:

—Asómate a la puerta.

José Arcadio Buendía tardó mucho tiempo para restablecerse de la perplejidad cuando salió a la calle y vio la muchedumbre. No eran gitanos. Eran hombres y mujeres como ellos, de cabellos lacios y piel parda, que hablaban su misma lengua y se lamentaban de los mismos dolores. Traían mulas cargadas de cosas de comer, carretas de bueyes con muebles y utensilios domésticos, puros y simples accesorios terrestres puestos en venta sin aspavientos por los mercachifles de la realidad cotidiana. Venían del otro lado de la ciénaga, a sólo dos días de viaje, donde había pueblos que recibían el correo todos los meses y conocían las máquinas del bienestar. Úrsula no había alcanzado a los gitanos, pero encontró la ruta que su marido no pudo descubrir en su frustrada búsqueda de los grandes inventos.






http://www.youtube.com/watch?v=suiITYO1UEs&feature=related

18.11.09

Piensa que ya no la quieren


MusicPlaylist
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La tierra tiene fiebre
Necesita medicina
Y poquito de amor
Que le cure la penita que tiene

La tierra tiene fiebre
Tiembla, llora, se duele
Del dolor más doloroso
Y es que piensa que ya no la quieren

Y es que no hay respeto por el aire limpio
Y es que no hay respeto por los pajarillos
Y es que no hay respeto por la tierra que pisamos
Y es que no hay respeto ni por los hermanos
Y es que no hay respeto por los que están sin tierra
Y es que no hay respeto y cerramos las fronteras
Y es que no hay respeto por los niños chiquininos
Y es que no hay respeto por las madres que buscan a sus hijos

Y es que no hay respeto y se mueren de hambre
Y es que no hay respeto y se ahoga el aire
Y es que no hay respeto y lloran más madres
Y es que no hay respeto y se mueren de pena los mares
Y es que no hay respeto por las cosas de los pueblos
Y es que no hay respeto desde los gobiernos
Y es que no hay respeto por los coches mininos
Y es que no hay respeto y el mundo se prendió...

La tierra tiene fiebre necesita medicina
Y poquito de amor que le cure la penita que tiene.


Voz: Bebe, Ska de la tierra

11.11.09

Ancora sulla bellezza



I find beauty in odd places. Sometimes I'm driving, or walking, and like... I just stop. And freeze. Maybe a sight... the way a light hits a building, the way a shadow's thrown accross the street.

I think beauty embodies what we consider ugly, as well as what we consider beautiful.

For me, beauty is... history. Beauty is... having lived. Beauty is... evidence. It's a mark.


Voz: Michael Ray Charles (entrevista)
Propuesta: Ah Shinnie Star de Michael Ray Charles

6.11.09

De lo femenino imaginario II - Ideal

__________________I've got a perfect body
__________________But sometimes I forget
__________________I've got a perfect body
__________________'Cause my eyelashes catch my sweat

_____________________- Regina Spektor


Haz click en las partes del cuerpo para formar tu mujer ideal, o algo así decía el anuncio con la caricatura de una chica peliroja de curvas pronunciadas en un trajecito azul apretado. Seguro, from this very moment, habrá ya quien se reacomode en el asiento, quien se reacomode la corbata, quien carraspee, quien volteé a ver a sus alrededores, o imagine, o recuerde, buscando...

Come to think of it, ha habido miles de encarnaciones distintas del deseo - desde las que ahora llamaríamos regordetas figuras de las estatuillas de primeras y desconocidas civilizaciones, o de las mujeres de las pinturas de Rubens (con pieles que ahora algún anuncio llamaría imperfectas), hasta las hiper-delgadas modelos que se alimentan de lechuga y agua y se acostumbran a sentir hambre (y que tal vez recuerden en las noches de insomnio el placer que producen la grasa, el azúcar, los carbohidratos y sus combinaciones en el paladar y en el olfato).

De lo que es natural, sólo dios sabe, supongo. Pero los cuerpos tienen sus caminos propios, se expanden a placer o no, cambian, se transforman, son. Al respecto, podría recordar varias anécdotas y datos curiosos. Por ejemplo, que en una tribu africana son los hombres los que se decoran con pinuras y trajes y accesorios vistosos, imitando los bailes de cortejo de ciertos animales, mientras las mujeres los miran, eligen, y luego escapan con ellos. Que alguna vez escuché a dos mujeres increpar e incluso expresar sentimientos de náusea frente a una fotografía que mostraba los pliegues de la carne de una mujer desnuda, que poseía dimensiones muy similares a las de ellas. Que algún filósofo, Derridá creo, alguna vez dijo algo así como que lo que se llama amor no es sino deseo. Que en un documental de Discovery Channel dicen que hay quienes se enamoran en 8 segundos a través de ningún otro sentido o saber que no sea el de la vista. Que Ana María Shua escribió algo breve sobre un hombre que en sueños perseguía con ansia a una mujer y que, al despertar y verla junto a él, se sintió fastidiado. Que Octavio Paz alguna vez habló del erotismo, como el deseo de tocar el alma, y no sólo el cuerpo:

_____Maybe one day you'll understand
_____I don't want nothing from you
_____but to sweetly hold your hand

_____Just come and open your folding chair next to me
_____My feet are buried in the sand
_____And there's a breeze

(Again, by Regina Spektor:)


2.11.09

Be (I am)

El otro día leí una entrevista que le hicieron a un tuareg, Moussa Ag Assarid, un nómada del desierto que estudia en una universidad en Francia. Es una entrevista muy bella, Y hubo dos frases que se me han quedado en la mente. Acá las comparto en contexto:


MOUSSA: Allí [en el desierto] todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
ENTREVISTADOR: Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
MOUSSA: Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!


ENTREVISTADOR: Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
MOUSSA: Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
ENTREVISTADOR: Fascinante, desde luego...
MOUSSA: Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
ENTREVISTADOR: Qué paz...
MOUSSA: Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

21.10.09

Santa Úrsula



La historia de Santa Úrsula (con acento, mind you) es oscura e intrincada, fabulosa, fantástica y, para muchos, irreal.

Santa Úrsula (dicen) era la cristiana hija de un rey Bretón. Un día, se embarcó con once mil vírgenes para llegar al lugar donde contraería matrimonio. Sin embargo, una inusitada tempestad la llevó a tierra continental. Aprovechando el golpe del azar, Úrsula decidió que, antes de casarse, peregrinaría junto con sus damas hacia Roma. PERO... Uno de los hombres más terribles, más temibles y despiadados, el huno ¡Atila el Terrible! había tomado la ciudad de Colonia, a donde llegó la virgen Úrsula en su peregrinar. Él se enamoró de ella a primera vista, y estaba decidido a casarse con ella, pero la bella Úrsula defendió su virginidad hasta la muerte, y fue martirizada junto a sus once mil vírgenes.

Su historia fue encontrada en una inscripción en una iglesia en Colonia, que ahora está dedicada a ella.

Y hoy es su santo.
(Y el mío también).

18.10.09

Las Horas VI - Ser árbol



Estar árbol a veces, es quedarse mirando
(sin dejar de crecer) el agua humanidad
y llenarse de pájaros para poder, cantando,
reflejar en las ondas quietud y soledad.

- "Discurso por las flores", Carlos Pellicer



Vista: árboles y antigua casa de Hernán Cortés, La Antigua, Veracruz.

13.10.09

Sobre la utilidad de la belleza III - También es belleza


¿Quién le dedica tantos años a algo que, en sentido estricto, no existe? Un historiador, con toda probabilidad. Un investigador, ciertamente. Un obsesionador, sería la respuesta correcta. Suelo estar de acuerdo con los que piensan que los libros verdaderos—el arte verdadero—está hecho de esto: un puñado de pequeñas obsesiones personales que adquieren, gracias a los elementos sociales del lenguaje, una forma compartible. Cualquiera que haya participado en los rituales sagrados de la religión o en la experiencia súbita del amor sabe, en esto confío, que una forma puede ser compartida sin tener que ser, por necesidad, clarificada, es decir, entendida racional o intelectualmente. Uno puede pasar años, en efecto, construyendo una forma capaz de producir una experiencia. ¿De qué? Una experiencia, naturalmente, de lo que no está. Porque de eso, y no de otra cosa, se trata la escritura: producir lo que no está. Otra manera de decir lo mismo sería decir: escribir es, sobre todo y únicamente, un proceso de producción de lo real. Por eso escribir es, y esto de manera literal, una tarea imposible. Por eso el que escribe, ese obsesionador profesional, debe estar siempre preparado para fracasar y para hacerlo, aún más, de la manera más contundente, es decir, de la manera más absurda. Y esa es tal vez también, ahora que me lo pienso, una definición de la belleza.


Texto de Cristina Rivera Garza, "Una definición de la belleza"



Y un bello corolario, just 'cause:


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29.9.09

Cronopios 37 - Todo está en la mirada (o, el mero primero)



Daniel González Dueñas atribuye a Georges Méliès la creación del cine - no del cinematógrafo, no de la máquina, no... Méliès sería, es, quien logró la transformación del registro objetivo de la realidad en magia, en ficción, en exploración del asombro, de la imaginación, y de sus posibilidades.

E, indeed, Méliès era mago de profesión.

A su salud!








De la siguiente pequeña joya, sugiero, vayan al minuto 2:55.

¡Les va a gustar! (jiji)









Y, por supuesto, la obra maestra.

(Escena conocidísima hacia minuto 3:45)






¿El secreto? Todo está en la mirada, según mi querido (aunque nunca conocido) González Dueñas.

A su salud también, y a su maravilloso Méliès, el alquimista de la luz. Ampliamente recomendado, un verdadero gusto y delicia (editado por CONACULTA, si no me equivoco).

Bon apetite!

13.8.09

Pájaros II

En la prepa leí un libro que se llama I Know Why the Caged Bird Sings.

Nunca entendí por qué.

Tal vez tenga que leerlo de nuevo.

Tal vez tenga que ver con algo así como una mezcla de resignación con contento con sabiduría con aceptación.


Pájaros
http://the-years.blogspot.com/2009/08/pajaros.html

10.8.09

Música Barroca II - Bach por aquí y por allá

Bach en el metro - El silencio antes de Bach




Bach en la Habana - Tu conga Bach




Música Barroca
http://the-years.blogspot.com/2009/08/musica-barroca.html

3.8.09

Pájaros



Tardé un rato en entender lo que estaba viendo: una bella e intrincada herrería que cubría una ventana alta, y resguardaba dos jaulas, una a cada lado, con dentro pájaros de colores que ya he olvidado; en medio de ellos, pardo, libre y robusto, un pájaro citadino se asía a una de las vueltas del diseño; estaba ahí como contando historias, como haciendo compañía, como compartiendo tiempo; estaba ahí de tal forma que hacía al espectador saberlo humilde, como si quisiera no presumirse con la comparación, sino cultivar la amistad.

Música Barroca

Con la ventana abierta, un cielo soleado, un viento fresco y el cuerpo sobre la cama, el barroco es pura apoteosis.

De lo femenino imaginario I - Zapatos

Tengo pies bonitos porque uso zapatos que no me lastiman.

14.7.09

Money Money

Después de pagar el súper, caminé al lado de las cajas (alineadas, tan bien educadas ellas como siempre, a la izquierda) hacia la salida. Había tres policías y otro individuo rodeándo un cajero (del cual había intentado sacar dinero inútilmente antes de entrar a hacer mis compras). Deben de estar rellenándolo, pensé.

Se veían cómicos. Tres hombres con sendas armas, tratando de cubrir los 50 o 70 o menos centímetros de ancho que mide el cajero: uno volteaba a la izquierda, otro a la derecha, y otro hacia el frente. Pensé si a alguien ahí en ese momento se le ocurriría desafiarlos y volarse una lana. Cuando pasé frente a ellos, el poli de enmedio y el otro señorcito que se encargaba, presuntamente, de los meros dineros, estaban en cuclillas sobre el piso, organizando unos 15 o 20 o más centímetros de billetes en un (presuntamente) dispositivo dispensador. Habían dejado unos billetes sobre el piso, el de hasta arriba era de quinientos; me pregunté si harían robos hormiga, y cómo se controlarían (o se podrían controlar) ese tipo de cosas.

Decidí caminar las tres cuadras de regreso a casa. A mitad de la segunda, vi a un chavo sentado en frente de un negocio que ya estaba cerrado y tenía la malla bajada. Juntaba montoncitos de monedas, apenas unas cuantas, sobre el pavimento sucio de la banqueta; entre las piernas tenía una bolsa de paletas de caramelo, abierta hasta arriba, como las llevan las personas que ofrecen paletas cuando uno está cómodamente tomando el café o comiendo en alguna terraza.

29.6.09

Juana a los treinta


Después de rezar los maitines y los laudes, pone a bailar un trompo en la harina y estudia los círculos que el trompo dibuja. Investiga el agua y luz, el aire y las cosas. ¿Por qué el huevo se une en el aceite hirviente y se despedaza en el almíbar? En triángulos de alfileres, busca el anillo de Salomón. Con un ojo pegado al telescopio, caza estrellas.

La han amenazado con la Inquisición y le han prohibido abrir los libros, pero sor Juana Inés de la Cruz estudia en las cosas que Dios crió, sirviéndome ellas de letras y de libro toda esta máquina universal.

Entre el amor divino y el amor humano, entre los quince misterios del rosario que le cuelga del cuello y los enigmas del mundo, se debate sor Juana; y muchas noches pasa en blanco, orando, escribiendo, cuando recomienza en sus adentros la guerra inacabable entre la pasión y la razón. Al cabo de cada batalla, la primera luz del día entra en su celda del convento de las jerónimas y a sor Juana le ayuda recordar lo que dijo Lupercio Leonardo, aquello de que bien se puede filosofar y aderezar la cena. Ella crea poemas en la mesa y en la cocina hojaldres; letras y delicias para regalar, músicas del arpa de David sanando a Saúl y sanando también a David, alegrías del alma y de la boca condenadas por los abogados del dolor.

Sólo el sufrimiento te hará digna de Dios - le dice el confesor, y le ordena quemar lo que escribe, ignorar lo que sabe y no ver lo que mira.


1681. Ciudad de México. Juana a los treinta, en Los nacimientos, de Eduardo Galeano.

Para festejar mi cumpleaños, un desayuno con licuado "Marylin Monroe" y unos "Huevos prohibidos", cocinados a la cazuela, como los de la pintura (mera coincidencia). Visitas, llamadas y regalos de amigos muchos, nuevos y viejos. Reencuentros con familia, cercana y en la distancia. Músicas de arpas que sanan al propio y al ajeno, que toco junto con el que me ama. "Treinta bellísimas primaveras", indeed, como bien dice mi querido Rojo.

25.6.09

Con cuánta luz camino

Y a ti, por ti y en ti vivo y adoro.
Y el silencioso beso que en tus manos
tan dulcemente dejo,
arrincona mi voz
al sentirme tan cerca de tu vida.

Antes que otro poema
me engarce en sus retóricas,
yo me inclino a beber el agua fuente
de tu amor en tus manos, que no apagan
mi sed de ti, porque tus dulces manos
me dejan en los labios las arenas
de una divina sed.
Y así eres el desierto por
el cuádruple horizonte de las ansias
que suscitas en mí; por el oasis
que hay en tu corazón para mi viaje
que en ti, por ti y a ti voy alineando,
con la alegría del paisaje nido
que voltea cuadernos de sembrados...

Antes que otro poema
tome la ciudadela a fuego ritmo,
yo te digo, callando,
lo que el alma en los ojos dice sólo.
La mirada desnuda, sin historia,
ya estés junto, ya lejos,
ya tan cerca o tan lejos, que no pueda
por tan lejos o cerca reprimirse
y apoderarse en luz de un orbe lágrima,
allá; aquí, presente, ausente,
por ti, a ti y en ti, oh ser amado,
adorada persona
por quien —secretamente— así he cantado.

(Aunque yo, por tí, lo hago abiertamente).


Recinto I, de Carlos Pellicer.

19.6.09

Learn to Cultivate the Sun

para mi amor, y para my friend



The engine of life is linkage. Everything is linked. Nothing is self sufficient.

Sharing is everything.

What do we know about life on earth? How many species are we aware of? What do we know about the bonds that link them?

Every species has it's place. None is futile, or harmful. They all balance out.

We have created phenomena we cannot control: since our origins, water, air and forms of life are intimately linked. Water and air are inseparable, united in life, and for our life on Earth.

But recently, we have broken those links.

Humanity has no more than 10 years to reverse the trend, and avoid crossing into this territory: life on Earth as we have never known.

How can this century carry the burden of 9 billion human beings, if we refuse to be called to account for everything we alone have done?


We have very little time to change.


It is too late to be pessimistic.
Learn to cultivate the sun.




HOME en INGLÉS

HOME en ESPAÑOL



El motor de la vida es el vínculo. Todo está vinculado. Nada se basta a sí mismo.

Todo se comparte.


¿Qué sabemos de la vida en la tierra? ¿Cuántas especies conocemos? ¿Qué sabemos de las relaciones que se establecen entre ellas?


Cada especie tiene su lugar. Ninguna es inútil o dañina. Todas se equilibran.


Hemos creado fenómenos que no podemos controlar. Desde los orígenes, el agua, el aire, la materia, lo orgánico, han estado íntimamente unidos.El agua y el aire son inseparables. Están unidos de por vida y, sobre todo, por nuestra vida.

Pero desde hace poco, nosotros estamos rompiendo esa unión.


A la humanidad sólo le quedan 10 años para invertir la tendencia, y evitar pasar a la frontera de esa tierra desconocida en la que se convertiría la nuestra.


¿Cómo podrá este siglo soportar el peso de 9 billones de humanos, si nosotros no aceptamos de una vez por todas hacer un balance de todo aquello de lo que somos los únicos responsables?


Nos queda poco tiempo para cambiar.


Es demasiado tarde para ser pesimistas.


Aprende a cultivar el sol.

Citas tomadas de la película Home, de Yann Arthus-Bertrand.

6.6.09

Sobre la utilidad de la belleza - Apéndice



... la esencia de lo bello no estriba en su contraposición a la realidad, sino que la belleza, por muy inesperadamente que pueda salirnos al encuentro, es una suerte de garantía de que, en medio de todo el caos de lo real, en medio de todas sus perfecciones, sus maldades, sus finalidades y parcialidades, en medio de todos sus fatales embrollos, la verdad no está en una lejanía inalcanzable, sino que nos sale al encuentro. La función ontológica de lo bello consiste en cerrar el abismo abierto entre lo ideal y lo real.


Voz: Hans G. Gadamer, en La actualidad de lo bello

Propuesta: Hesído y la musa, de Gustave Moreau

Antecedente: http://the-years.blogspot.com/2009/03/sobre-la-utilidad-de-la-belleza.html

1.6.09

Cronopios 23 - Gran Baile Cronopio alla Yerbagüena


(Pónganle play a la musiquita antes pa' que suene mientras ven el vídeo)







Baile cronopio del Gran Cronopio en la India con Colega (i.e. Paz)

Posible musicalización: Pepe Habichuela y The Bollywood Strings (sí cierto!)

Las Horas V - Té - Apéndice: Tea for Two

para il mio cuore








El paseo: Tea for Two Lovers, de Richard The Photographer

Musiquita: Tea for Two, cantado por Lisa Ekdahl y el Peter Nordahl Trio


13.5.09

Las Horas V - Té



"[El bebedor de té] evita los perversos efectos del café, contraria a los fumadores de tabaco y pasa por anacoreta entre los alcohólicos. ¿Cuántas veces habré oído los lamentos pletóricos de comensales que llegan a reprocharme el no beber suficiente vino?

Casi nos disculpamos por ser bebedores de té."


"El té aspira a gestos cuidadosos. No hay que ir con prisas, sino que hay que celebrarlo sin cambio de humor, sin contrariedad, con la mente sosegada."


"Para algunos estetas, el té, y lo que trae consigo en cuanto a imágenes basadas en lo imaginario y en estrechas relaciones humanas, seguirá siendo siempre una forma de sustraerse al tiempo real."


"El té no sólo se bebe, sino que también sirve de lazo fundador entre dos o varios seres que gracias a él pactarán de uno u otro modo.

El té actúa como una tinta fértil."





Fragmentos de pequeño tratado del té, de Gilles Brochard,
y Blue Tea Pot, de Jean de Paul

23.4.09

La nieve fue cómplice


para Juan Carlos, a un año del primer encuentro



¿Cómo hubiera podido saber lo que esa inesperada nieve de abril me estaba anunciando?

Uno habla, uno escribe, uno escucha, y al mismo tiempo ignora hacia dónde, o hacia quién, lo llevan sus palabras.

La piedra fundacional es el compartir.

La piedra fundacional fue el compartir. Sobre ella se ha construido, y se sigue construyendo, todo lo demás: los desayunos, preparados, comprados o agradecidos; los atardeceres, las garzas, la música que cobra sentido; los abrazos, los rezos, el consuelo; voltear y encontrar una mirada cómplice, o una voz que explica; el calor y la certeza de una mano que sujeta la propia; el descubrimiento de la geografía secreta de un cuerpo, y la invención del placer; la risa hasta las lágrimas; los horizontes que se amplían, los que se ganan, los que no se acaban de comprender; las cartas, los regalos, las llamadas telefónicas, las flores; todas esas palabras que nos sostuvieron en la distancia; los paisajes, las calles, los libros y la música que ahora pertenecen a dos.


¿Qué hubiera pasado si mi hermano no me hubiera llamado para ver la nieve esa noche? ¿Qué hubiera pasado si la nieve no se te hubiera hecho la escurridiza? ¿Cómo podemos saber lo que los eventos nos traerán? No podemos. Podemos aprender a agradecer y a cuidar.

Es cierto que "la vida se cose con hilo fino", y ese hilo a menudo está hecho de azar. El destino comenzó transformando la experiencia en escritura, y ha terminado convirtiendo la escritura en la experiencia de amar.



22.4.09

Majadero





¿Cómo habrá pasado la palabra de designar a un mortero a designar una persona grosera?


Publicado en El Mercurio de San Jerónimo. Boletín de noticias curiosas del pasado novohispano publicado por la Universidad del Claustro de Sor Juana, No.2 (Enero-Febrero 2009)

14.4.09

Nosotros somos basura

No sirve de nada separar la basura.

No recuerdo cuándo fue la primera vez que escuché esto. El argumento siempre es similar: les das la bolsa y luego luego la rompen y sacan todo y lo revuelven con lo demás, ¿de qué sirve separarla entonces?

Hace varios años, en la universidad, platicaba con un profesor sobre la necesidad de proyectos culturales, marginaciones sociales, etc. Me contó que cuando era joven fue con un grupo de personas que trataban de alfabetizar a personas que trabajaban en un basurero. Mi profe, mostrándose todavía impresionado después de muchos años de recibir la respuesta, me dijo que uno de ellos le dijo algo así como a nosotros no nos importa eso, nosotros somos basura.

Mi hermano me preguntó varias veces por qué separaba la basura. Le contesté lo mismo, pero no sé si no me escuchó o si las razones que le daba no eran suficientes para él: cada vez me lo volvía a preguntar como si fuera la primera, y seguía sin respetar la separación de los distintos botes.

No quisiera decir que son la ecología, o el medio ambiente. Aunque reconozco la importancia fundamental de estas actividades para la vida hoy en día, me parece que el uso corriente de estas palabras tienden a enfatizar la distancia mental que existe actualmente entre nosotros como seres humanos y el resto de la vida que nos rodea, y en la que habitamos; me parece que la basura no es un problema de la ecología o del medio ambiente como algo que es ajeno a mí, lejano, de los bosques o los ríos o los animales que yo, como ser citadino, no habito ni veo. Me parece que es un problema que me atañe a mí como habitante de este planeta, y que lo que yo haga me afecta a mí directamente, a los que están cerca de mí y a los que nunca conoceré.

Hace muchos años manejaba por una carretera con un amigo. Pasamos junto a un basurero, y él me contó que la basura dejaba mucho dinero. Que vendían el plástico, el papel, etc. Separan la basura y la venden. En el basurero había algunas casas, pequeñas y hechas como de madera, y se veía cierto movimiento, había niños jugando, algunas personas caminando o haciendo otras cosas, no recuerdo ya qué.

Pero la basura que separan y luego venden está manchada, huele mal, está llena de substancias en descomposición, de infecciones, de todo lo que ya no queremos ver, de mierda, de lo insalubre. Y la gente que trabaja en los camiones de basura o en los basureros toma las bolsa, las abre y en el camión o en otro lugar la separa, se llena las manos, los pulmones, los ojos, los pies, los zapatos y la ropa de toda esa suciedad que todos nosotros producimos.

A mí me parece una responsabilidad grande e ineludible separar la basura. Y es, además, sencilla. Me parece que los que la reciben agradecen que el plástico o el cartón o el vidrio esté limpio, que los desechos de comida o del baño estén en bolsas separadas.

Me parece que separar la basura también tiene una dimensión social que muchas veces se pasa por alto, que se convierte también en una cuestión de dignidad, de respeto, incluso de agradecimiento por alguien que hace un trabajo que afecta tanto la vida de un ser humano, que puede llegar a afirmar que él o ella son basura.

Yo no he visto que las personas a las que entrego la basura abran las bolsas ahí mismo. Me he fijado que los camiones de basura traen colgando costales con botes de plástico, papel o cartón u otras cosas. No en todos los lugares es obligatorio separar la basura, y hay muchas personas que no lo hacen. Tal vez las personas que la recogen no esperan que la mayoría de la gente lo haga. Me parecería un gesto importante advertirle al señor que me acepta las bolsas que la basura está separada. Creo que la próxima vez que pase el camión de la basura empezaré a hacerlo.

22.3.09

When did you come to America VIII - De lo inesperado

Japón

Fui a visitar a una amiga a su casa. Tenía la dirección correcta, llegué al número correcto, y toqué el timbre. No recordaba que la reja permitiera ver hacia adentro del jardín, pero uno no siempre puede confiar en su memoria.

Mi amiga estudió cerámica japonesa e inventó un barniz azul cuyo nombre ya se me olvidó, ha estudiado un poco de japonés, viajó a Japón hace algún tiempo, de donde me trajo un florero muy bonito, de un museo en Kyoto, y también sabe hacer arreglos florales japoneses. Y cuando sonríe, se le hacen chiquitos los ojos.

Me abrió la puerta un señor alto, vestido casi monocromáticamente con colores claros y sobrios; era de cabello corto, lacio, delgado, y de rasgos notoriamente orientales. Se me quedó viendo con sorpresa extrema por varios segundos, y yo también a él. Finalmente se acercó a la reja, mientras hablaba palabras que yo no entendía, al mismo tiempo que yo gritaba repetidamente Busco a Sheil, Sheila, ¿Aquí vive Sheila?

Nan des ka? Me dijo el señor cuando quedamos frente a frente, uno a cada lado de la reja. Yo quise contestarle algo en japonés, hubiera sido bonito, supongo, pero el poco japonés que alguna vez supe se evaporó ya de mi cerebrito, el cual por cierto también se congeló por la impresión y sólo pudo mandar el comando "Sheila, Sheila, " el cual repetí un par de veces con cierta desesperación. Aquí familia Hata-algo, me contestó. Ah, bueno, gracias. Resultó ser la calle de atrás, una especie de dimensión paralela al hogar materno de mi amiga, ambas nombradas en honor a uno u otro hermano Pinzón. Mi amiga sabía ya de la existencia de esa familia (a menudo reciben su correo y hasta uno que otro arreglito de flores), y le sorprendió que no hablaran español después de tanto tiempo de vivir en México.

La señora japonesa sí sabía español: abrió la puerta unos minutos después de que el señor ya se había metido a su casa, mientras yo hablaba con mi amiga y esperaba instrucciones sobre las coordenadas verdaderas. Me preguntó qué quería o a quién buscaba. No sé por qué, pero algo en su tono me hizo sentir un poco como una especie de terrorista suburbana, o algo así.


Fútbol

Cuando uno viaja fuera de México, se convierte en una especie de embajador del chile, de los charros, del tequila, de la fiesta, de la salsa y, en las más informadas ocasiones, también de las pirámides de Teotihuacán y de los aztecas. Sin embargo, nunca me imaginé que debía fungir también como representante del deporte más representativo del país, y estar, además, altamente versada en las artes y noticias del espectáculo del fútbol. Y, mucho menos, que tuviera que hacerlo entre un grupo de amigos de la India. Pues así fué, ellos hablaban-charlaban-gritaban con verdadera emoción y devoción del deporte en el país, conocían todos los nombres de los jugadores famosos y no famosos, el estado de sus contratos pasados, presentes y futuros, las rivalidades entre los distintos equipos, los puntajes de los más recientes partidos, y otras varias cosas más. ¡Ya me cayó el chahuiztle! pensé mientras permanecía callada, sonriendo, y esperando que no me preguntaran algo. Creo que fue mi amiga la que me preguntó si me parecía guapo no-sé-quién jugador en boga. ¡Chanfles! No, pues no me gusta el fútbol. Sé que existen el Cruz Azul y el América, y que le voy al Pumas porque alguna vez tomé clases en CU. ¡No te gusta! Repetido varias veces, por varias voces, en distintos tonos y decibeles. Pues no, y más bien, ¿cómo es que en India están tan enterados del fútbol mexicano?

16.3.09

Sobre la utilidad de la belleza

Fuimos a ver orquídeas a un invernadero. No nos interesaba comprar, sólo queríamos verlas.


Hace tiempo conocí a alguien que enfatizaba mucho la belleza. No sé si alguna vez me explicó cuál creía que era su importancia, o por qué la amaba tanto; es cierto que yo nunca lo pregunté, pero es que lo decía con tanta fé en ella, que el sólo hecho de pronunciar la palabra y mirar hacia el aire, sin ver nada, como lo hacía, no dejaba lugar a dudas: era la belleza, y era algo esencial para la vida, era casi la razón de existir.

He de confesar que a mí, a veces, ese favorecimiento imparcial me parecía un tanto cursi, o caduco. Pero también recuerdo algunas vivencias: por ejemplo, un día especialmente difícil, en que me metí a hacer un trabajo que no sabía hacer muy bien porque necesitaba la lana. La cosa iba fatal, pero por fin llegó la hora de la comida. Para llegar a la cafetería, había que pasar por un camino que cruzaba por en medio de una pequeña reserva donde crecían varias flores silvestres: unas naranja, diminutas, como conos delgados, que se dejaban caer desde varias esferas; otras amarillas y cándidas y sencillas, como vestidos de niñas corriendo en campos; otras magenta, tal vez, o rojas, diminutas, no recuerdo bien. Mirar esas flores por el minuto o dos que me tomó cruzar esa parte del camino fue... No sé bien cómo explicarlo: sentí un alivio alimentado por una especie de alegría que me entraba por los ojos. Y el resto de la tarde se me hizo menos pesado.



Existe también la belleza que se crea o que se encarna. La danza, por supuesto, cuando lo es. O también otras cosas, otras tradiciones que han sabido encontrarla en el movimiento del cuerpo. Mi maestro de tai-chi dice que las series de movimientos no son sólo una coreografía bonita, que al enfocarse sólo en eso se pierden los beneficios de la práctica. Nunca se lo he dicho, tal vez se lo diga algún día, pero creo que eso no es cierto: seguir el abanico o la espada o simplemente la mano con la mirada, moviéndose lentamente acariciando el aire o cortándolo por segundos, sentir el tiempo, y saber que el cuerpo que se mueve crea cierta belleza, es el beneficio más sutil, y, tal vez, el que más acaricia al alma: una callada alegría que comienza a habitar cada poro, y se irradia. Algunas veces, desaparecen las barreras entre el aire y el practicante; a veces, deja de ser tanto ego, aunque pueda parecer justo lo contrario.



Ese domingo, la belleza también era invisible, y generosa: se encontraba en el aire dulzon que rodeaba a las orquídeas, que se alzaban una tras otra, en hileras de blancos, rosas, magenta y amarillo. Ellas regalaban su belleza como una declaración franca de alegría, que afirmaban tajantemente apelando a la mirada, y ofreciendo sin preguntar el último argumento, que curaba al respirar.


26.2.09

When did you come to America VII - Why Mexicans like skeletons so much?

No sé.

La conversación había empezado mientras miraba pasar las cosas que no estaban alrededor de la pista de despegue. De repente sentí algo cerca de mi cara (creo que había estado ahí ya algún tiempo) y escuché un susurro insistente. Volteé y vi una mano sosteniendo - mas bien, ofreciendo- una envoltura verde diminuta. La tomé, un poco confundida pero agradecida, volteé un poco más la cabeza y le sonreí a la pasajera que estaba sentada a mi lado, una señora japonesa que aparentaba ser mucho más joven de lo que en realidad era (en cierto momento comparamos nuestros pasaportes para comprobarnos mutuamente nuestra edad real; ella decía que la fuente de la juventud se encontraba en el arte - ella es artista gráfica). Se llamaba Yumi .

El dulce era de té verde, lo que me emocionó sobremanera. Lo abrí, me lo comí y fingí, o quise creer con sinceridad, que sabía rico. Miré a Yumi con cara de está buenísimo, tratando de lograr el gesto de agrado más universal posible, y ella me vio con cara de no es cierto, saben feos, y dijo: es para la garganta (bueno, uno en ciertas latitudes aprende a esconder su ignorancia con gestos de amabilidad extrema para evitar ofensas interculturales innecesarias).

La envoltura del dulce me emocionó sobremanera también porque encontré un caracter reconocible: la letra japonesa para el sonido "no", que es muy bonita y una de mis favoritas; fue lo único que pude reconocer, pero fue suficiente para comenzar a entablar una conversación con Yumi sobre cosas japonesas y mexicanas.

Ella viajaba con su hermano, cuya hija se había casado con un mexicano y llevaba viviendo en México alrededor de 8 años, si no me engaña mi memoria. En Cuernavaca, para ser precisos, y era pianista de jazz. Su hermano hablaba un poquito de español, y había viajado ya muchas veces al país. Para Yumi era la primera vez, y su sobrina decía que la mejor época para viajar a nuestro/mi/este país era la Navidad.

Bueno, la verdad no me acuerdo cómo llegamos a discutir sobre calaveras y esqueletos y mexicanos. Tal vez hayamos empezado por las posadas y luego otras festividades y luego Yumi soltó la pregunta, seguramente sabiendo algunas cosas que yo no sabía (y sigo sin saber) que sabía. Creo que lo dijo por las calaveritas de día de muertos, o al menos eso me vino a la mente, todas las miles formas de representar a los muertos y celebrarlos y hasta bienvenirlos en esas fechas.

Soltó la pregunta como me la soltó una vez un señor koreano (mirándome fijamente a los ojos, con gran seriedad y hablando despacio, dejando silencios entre cada palabra, y con el dedo índice fijo sobre el mapa: ¿por qué pirámide luna lugar más importante pirámide sol?); no había ningún mapa para que Yumi posara su dedo índice determinantemente sobre él, pero estoy segura que el dedo índice de su mente se posaba claramente sobre algún punto muy concreto de su imaginario: Why Mexicans like skeletons so much?

La mera verdad, no sé.

Hace ya muchos años una amiga alemana me había preguntado lo mismo, pero, a diferencia de Yumi, que mostraba más bien una genuina curiosidad y hasta cierta fascinación, Daniela se mostraba consternada y hasta enojada, como un enojo que surgía de cierta repulsión que no sabría definir.

No sé, pero me gustaría saber. Si alguien sabe, que hable por favor. ¿Será que tendrá algo que ver con los tzompantlis, esos monumentos mexicas, calaveras puras, cuyo fin desconozco (como alguna vez lo sugirió alguien)? Seguro sí tendrá alguna raíz pre-hispánica, ¿no? ¿o no? Y sí es así, ¿de cuál? ¿Cuál habrá sido esa costumbre, esa concepción de la muerte, esa cosmovisión que permitía tal convivencia con los que ya no se cuentan entre nosotros, y que ahora la sigue posibilitando?


23.2.09

Las horas IV - Felicidad


I thought that was the beginning of happiness. But that was happiness, that moment, right there, o algo así dice a su hija Sara Vaughan, el personaje que hace Meryl Streep en Las Horas, basada en el libro de Michael Cunningham (que tampoco tengo a la mano, perdido en alguna caja en alguna latitud, igual que la película). Bueno, éso, la felicidad, para mí, una bolsa de galletas de la panadería de al lado: el momento en que me decido a entrar a comprarlas y me saboreo con los ojos las de nuez, las de canela y las que tienen como mermeladita en medio y azúcar glass alrededor - el momento en que la señora me las entrega y yo salgo muy mona con mi regordeta bolsita de papel, casi contoneándome como la patita de Cri-cri, y saco las llaves del departamento, o el momento en que salgo a prender la bomba del edificio, por la mañana, y me recibe el olor del pan recién horneado; o un baño de sol en el pasto, mientras él se sienta, cruzando la pierna, sobre una silla verde de plástico, y me mira, o mira al cielo, o fuma o me cuenta algo, o cuando nos acostamos los dos juntos sobre la cama de hojas secas en el jardín botánico, y miramos el cielo y nos tomamos de la mano y tratamos de enfocar la cámara de tal forma que saliéramos los dos en la foto; el primer beso después de días de distancia, o la desnudez compartida debajo de las cobijas, que se prolonga; ir al puesto de las flores cuando compro el mandado en el mercado; abrir el abanico con fuerza y mirar la tela roja, bien tensa, abierta y sostenida por las líneas de madera que dibujan también una media curva: abrir el abanico y mirarlo con la cabeza inclinada hacia el piso o hacia arriba, llenándome de la belleza que coloca en mí la serie de movimientos de tai-chi; preparar el té y servirlo en la tacita azul de cerámica que me regaló mi amiga Sheila, que ella misma hizo y que pintó con un barniz inventado por ella cuyo nombre ya olvidé: el momento en que le pongo la tapita para que no se escape el calor, en la cocina, o el momento en que lo destapo ya sobre la silla o el sillón y me acaricia el tenue olor de las hojas de limón o de menta; tomar un café, voltear, y verlo junto a mí, desayunando, en cualquier lugar; tomar el café, oír sonar el celular, y leer sobre una llamada telefónica, un aviso afortunado del trabajo, o una de las miles de formas que tiene de decirme te quiero; tomar el café, por la tarde, en alguna mesa sobre alguna calle, con el sol de frente, sabiéndome llena de él, llena de mí, o, a veces, llena del mundo que me toca.

Un momento.

Ponerme, de pijama, la playera que me dejó, y sentirme tan pequeña dentro de ella, inundarme de su olor, y reír.

O sentir el abrazo de una amiga que hace mucho no veía, oírla decir te quiero mucho, y después, qué bonito es poder decirlo a quien quieres en persona, y verla sonreír con sinceridad.


15.2.09

______________Para tí
_________________
______________Indeed, the hidden and the manifest
______________give birth to each other
______________Difficult and easy complement each other.
______________Long and short exhibit each other.
______________High and low set measure to each other.
______________Voice and sound harmonize each other.
______________Back and front follow each other.

___________________________- -Lao Tzu, Tao Teh Ching.





Les extrañará a muchos. A otros, les parecerá completamente imposible, aun cuando lo vean, aun cuando esté frente a sus ojos (aunque, es cierto, se trata de algo no comprobable, no medible, intangible). Muchos creerán que es un juego de ilusiones, un parche para la necesidad, un producto necio de la soledad. Otros verán engaños como oasis en los desiertos, o como enemigos a la distancia a través de prismáticos. Yo pregunto, sin que me interese la respuesta: ¿quién conoce el significado de las palabras que no se dicen los que se miran? ¿Quién entiende de sus curas, de sus paraísos, de sus noches difíciles? ¿Quién no ha sido testigo de su alquimia, de su ser de árbol de abril y agua de verano? ¿Quién sabe escuchar su música y reconocer otro misterio de la vida, otra variación del milagro casi sagrado, que se repite incesantemente y en múltiples formas?

¿Cuál será, para los que observan, el sentido de caminar la vida?