"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


11.2.11

En busca del tiempo perdido X


Regnerà sovrano l'oblio...                          
- Carmen Consoli, Il pendio dell'abbandono


Las más de las veces, el olvido: como una fotografía borrosa, como el río en donde nadie se baña dos veces, como una búsqueda con linternas. No la herrumbre, no, sino el lado anverso de la imaginación:  su cabello visto desde atrás, las plantas de sus pies o las suelas de sus zapatos. La reinvención. El hermano incómodo de la memoria. Un militar que no necesita planear el golpe de estado. 

Soberano, al fin.

4.2.11

El camión y el enemigo



¿Why on earth did I not choose the seat next to the empty seat? 9 is a nice number, after all. O eso pensé hasta que identifiqué al pasajero de al lado, quien era lo suficientemente grande como para hacerme pensar que no iba a caber en mi asiento. Pasajera, en realidad. Y encima tenía que empezar a hacerme el small talk, tal vez todo para alcanzar el momento en que, tras callar un medio segundo, miraría hacia atrás y me diría: allá atrás hay muchos asientos libres; una vez acomodada en mi lugar, era imposible que me moviera.

Ella, al parecer, estaba muy interesada en la película, una especie de falso documental sobre una creatura sobrenatural encontrada por científicos alemanes, o algo así. ¡Ay, esa película me gusta!, dijo, y yo, con mi inevitable y maledetta amabilidad, contesté ¿Ah sí? No la he visto... Sin embargo, mientras avanzaban los segundos, recuerdos vagos llegaron a mi memoria: ¡Ah sí! Es esa de... Hell Boy. Desilusionada, la pasajera profirió ¡Ah! Yo pensé que era ese programa sobre un extraterrestre que encontraron, ¿sabe? Por que sí lo encontraron de verdad. ¿Ah sí? Sí, lo tienen allá, en Estados Unidos, dicen que es así y asado, etc.

¿Pero no es de demonios verdá? No, creo que no... Bueno, el personaje principal creo que sí es un demonio, pero no es de miedo, dije acertadamente. Aparentemente, una cosa llevó a la otra: ¿Usted es católica? Yo solté un sonidito que pretendía denotar ambigüedad mientras subía y bajaba los hombros: Eh... Pues sí ¿verdá? No todos somos tan católicos como debiéramos, pero es que, bueno, ya sabe, cuando en la misa dan los sermones y eso un padre dijo que ver películas de miedo era muy malo... ¿Ah sí? Sí, porque es como ¡adorar al enemigo! Entonces sí saqué mis audífonos, me los puse y le subí mucho al volumen. Pensé, sin poder evitarlo, en algún pasaje del Apocalipsis que no he leído pero que dice algo así como que en los últimos tiempos el demonio se disfrazaría de Dios, etc. Pensé también que, de ser cierto, el fin de los tiempos ha durado ya muchos muchos, demasiados, siglos.

Yo creo que la señora no le entendió muy bien a la peli, y finalmente se durmió, invadiendo un poco más mi precario espacio vital. En una de esas se paró al baño, y ya no regresó. Desconozco aún su paradero. Sólo espero que siga existiendo en este plano y no haya sido extraviada por algún ser sobrenatural.

AFTERTHOUGHTS
Espero, también, que la pasajera algún día logre descubrir al verdadero "enemigo". Por ejemplo, para los hinduistas, el demonio de la ignorancia que derrota el dios Siva.