para Chris, también
Without hesitation, the strangest, the single most irrelevant question anyone has ever asked me: What color are you? Válgame el señor. Así, cruzando la calle, con un movimiento que denotaba cierta indignación, cierto extrañamiento ante el hecho, seguramente frunciendo el ceño, como si yo fuera responsable o culpable de algo, como si yo debiera responder a alguna falla en la clasificación, o, más bien, como si yo fuera la falla, como si hubiera cometido alguna especie de pecado al no caber del todo en ninguna de las cajas. Y no es que no quiera a J. (ni tampoco que ella tampoco me quiera, pues), pero preferiría que usara la palabra nada más para decirme qué bien combinan mis zapatos con mi blusa, o que cómo me atreví a salir con esas calcetas, o para hablar de sus pinturas.
Her girlfriend was from Mexico, but she was white! Ajá, sí (el adjetivo, además). I didn't know there were white people in Mexico! Otro. You know the Beatles? Hija mía, pues en qué planeta vivo. I didn't know Mexicans knew the Beatles! Sorprendidísima mi amiga porque me puse a cantar Yellow Submarine junto con una de esas maquinitas que tienen algunos joyeritos, de esos que cuando uno los abre suenan (éstas estaban bien chipocles, como diría un ex-colega, había que darle vuelta a una mini manijita para ponerlas a funcionar, uy, y también tenían Here Comes the Sun, y otras varias que ya no recuerdo).
Otro día estaba platicando con dos amiguitas, una de ellas la misma del incidente bitle, a la cual de repente volteé a ver para sorprenderme con su mirada fija, incrédula, sorprendida, un tanto asustada: It's like two different countries. Ella ha vivido mucho tiempo en Chicago, y enseñó en una comunidad compuesta mayormente de imigrantes mexicanos. Antes de que lo dijera, yo, lo juro, estaba a punto de preguntarle ( o más bien, de afirmarle): It's like two different countries, eh?
Bueno, y ya ni qué decir de que no sepa bailar salsa, y menos de que no tenga la más pájara idea de fútbol más allá de los nombres de Pelé, Maradonna, y, claro, Hugo Sánchez (mis amiguitos de la India lo saben todo, son grandes apasionados del fútbol latinoamericano, y me bombardearon con preguntas que jamás podría responder).
Sin embargo, el descubrimiento más terrible, más doloroso, vino después de ir a ver No Country for Old Men con Rydra. Si la han visto, recordarán que salen un montón de narcos mexicanos en unos trockonones con unas llantotas y unas lucesotas, y otros de intenciones cuestionables, y ya, ni uno decente. Cuando acabó la película y prendieron las luces, Rydra y yo nos volteamos a ver. Ella estaba inclinada hacia adelante, con los brazos estirados hacia el piso, la cabeza un poco ladeada, y me dijo: I'm sorry - por tanto mexican (nótese la falta de mayúscula que en inglés es falta ortográfica, mía), como si ella tuviera cierta responsabilidad, supongo, por el tono con que se repite tantas veces la palabra (tal vez cumpliendo alguna función de embajadora). Pero ahí fue cuándo me cayó el veinte. De lo que significa la palabra. Aquí. Ahora, de verdad, no puedo ni siquiera pensar en la palabra mexican sin sentir que estoy diciendo una mala palabra, incluso cuando la uso para referirme a mí misma, incluso cuando digo, I am Mexican.
Ser Spanish. Eso es algo así como ser English por hablar inglés. Siguiendo tal lógica, los australianos y los canadienses, por ejemplo, serían ingleses. Y bueno, regresando al punto, dentro de la clasificación primera caben también los brazileños, por alguna razón que aún desconozco (a veces no es tan bueno contrariar a la gente, meterlos en camisa de once varas, moverles el tapete). Ésta es la más popular, y la decente. Mi amigo José Luis y yo el otro día nos pusimos a curiosear un libro que se llamaba algo así como Guía de cómo ser racista, en inglés el título, no me acuerdo bien; ahí nos tenían denominados bajo la categoría Hispanics. Yo supongo que algo así querrán decir.
Y bueno, Latin a nadie se la he escuchado. De repento la suelto por ahí para ver qué pasa. Silencios, la mayoría de las veces. Pero no, miento. Hace dos o tres días se la escuché a una profesora, holandesa, que la dijo muy naturalmente, si se me permite el término - se oyó bonito, bien, pues, normal.
Recuerdo que una señora hizo lo imposible por encontrar una palabra para referirse a mí, sin lograrlo: Are you working at the CAG? No. Oh, they told me someone.... someone... la mirada se dirigía insistente hacia mí, demandando no sé qué, luego hacia abajo, someone... luego hacia un lado, someone...; yo, he de confesar, nada más estaba esperando a ver qué palabra iba a soltar finalmente... con curiosidad, claro - pero no me dió el gusto, me harté pues, la diversión llegó a su fin y le dije, cándida: Someone from Latin America? Bueno, ahí sí me sentí como que misionero salvador de almas o algo por el estilo, por que la señora me miro con tanto alivio, con tanto agradecimiento, mientras decía Yes! y señalaba con la mano algún punto detrás de mí, a mi derecha (yo, claro, sonreía).
Hace unos días la misma señora me hizo un favor inesperado, de esos que toman algún tiempo e interés. La abracé con genuino agradecimiento; she hugged me back.