"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


3.7.08

colores que no están

Me gusta ver las flores flotar en el agua. Justamente en La Sra. Dalloway (la novela de Virgina Woolf) uno de los personajes, Sally, es calificada de salvaje por una tía, por cortarle la cabeza a las rosas y ponerlas a flotar en recipientes con agua. La verdad es que así duran más. El otro día, podando una violeta africana (de un color muy fuerte, muy profundo, púrpura, cada flor como pequeñas noches cerca del atardecer) corté, sin querer, dos. Las puse en un pequeño bowl de vidrio, transparente, en un lugar donde da mucho sol. Hoy que me asomé a verlas una de ellas estaba blanca, como si el color se hubiera evaporado; prácticamente transparente, como si el color del agua estuviera decidido a poseerla.

En la tarde, caminando y viendo hacia abajo, vi unas frutitas rojas en el pasto. Recordé que mi amiga Bárbara me había dicho que los cerezos acá no daban cerezas, pero éste, que se asomaba por encima del muro, sí tenía. Tuve que interrumpir la historia que Rydra me estaba contando para mirarlo de cerca: escogí una que se viera buena, estiré la mano y la arranqué. El color era mucho más claro, rojo como pintura de kinder, y al morderla, vi que por dentro era blanca. Le dí una mirada de complicidad a Rydra, le pregunté si creería que pudieran ser venenosas, pensé que los pájaros seguramente se las comían, me la terminé y jugué con el huesito en mi boca, hasta que regresamos a la casa, cerca de las nueve de la noche.

5 comentarios:

Juan Carlos Medrano dijo...

Qué linda manera de pintar... "Literatura pictórica" ¿existe? / Me sacaste una sonrisita que me estaba guardando con ese final tan naturalista... / Híjole, creo que hoy ando teórico. / Van de regreso los abrazos, les acompaño de unas violetas (de las que se dasn por mi tierra). / Salud. Revisa el encore a media tarde...

Carmen dijo...

Esas cerezas blancas aquí en México las venden, son sabrosas y dulces pero mis preferidas son las rojas. Un buen pastel Selva Negra para utilizarlas, aprovecha que estás por allá.
Y las rosas claro que duran más así. Incluso a mí me gusta hacer lo mismo con las gardenias, las abres un poco el botón y las pones así en agua, es un olor maravilloso y seductor, mi flor favorita.
Saludos

Álvaro dijo...

Me encanta que la gente descubra esa poesía que está realmente más allá de las palabras...esos instantes poéticos que pueden bien ser relatados en prosa, o en verso, pero existen, existieron en un momento anterior, en un pasado inmediato o remoto que al ser trasladados a su relación verbal cobran vida en esa invención que es el recuerdo.

ursula dijo...

Uy, muchísimas gracias por sus comentarios.

Carmen, ¿tendrás alguna receta del pastel? Mira, yo tengo que confesar que eso del horno no es mi fuerte, tengo el maravilloso don, casi un arte mágico, de hacer que las cosas queden crudas por dentro y quemadas por afuera. Pero mi roomate sí sabe usarlo, a ella sí la salen los pasteles. Gracias por el tip de las magnolias también, huele delicioso.

Álvaro, muchas gracias por la visita, y por tu comentario, sobre todo por la última frase - gracias por el entendimiento.

Last but not least, mi querido Juan Carlos, gracias también por el entendimiento, y por las flores. Ése término está padre, a la literatura de la Woolf le llamaban impresionista (y su hermana era pintora, de hecho, e hizo unas ilustraciones para la primera edición de Kew Gardens, que aún no he podido encontrar, pero ahi échale un ojito a la cita de la columna, que para muestra basta un botón).

Juan Carlos Medrano dijo...

Aquí te aparecen dos ligas, la primera para el disfrute y la segunda para que te pongas a ahorrar.

Un abrazo.

http://library.vicu.utoronto.ca/exhibitions/bloomsbury/vbell.htm

http://biblion.co.uk/books/7643136.html

Chao.