Cada vez que paso enfrente de un aparador que exhibe bolsas sin poder apartar la vista, no puedo dejar de escuchar en mi cabeza la pregunta que me hizo un chico alguna vez "What's all this infatuation with bags?"
En ese momento íbamos pasando delante de una tienda cara que tenía un aparador donde las bolsas se mostraban como si fueran una revelación mísitica, como si tuvieran poderes sobrenaturales para conferir distinción y felicidad eternas a quienes las poseyeran. No pude evitar sentirme como una chica tonta de un comercial de Palacio de Hierro. Tampoco pude contestarle algo inteligente. No pude desmentirlo. No pude mentir.
Indulge yourselves:
4 comentarios:
Porque importa lo de adentro, importa lo de afuera. Y la roja con tiza es una hermosura!! Ante ello no hace falta responder con inteligencia, just let it flow, smile, enjoy!!!!
Beso,
L.
Sí cierto! La belleza cura. Gracias por tu comentario Luza, besos!
Soy rara, definitivamente es parte de las cosas femeninas que no poseo con codicia ni con avidez. Detesto cambiar de bolsa, sacar mis chunches y volverlas a acomodar en otra y hacerlas que combinen con mis zapatos y ropa.
Desde hace años traigo una bolsa negra, con muchos pequeños compartimentos, eso sí es necesario e imprescindible. ´Pero eso sí, no me preguntes en cuanto a zapatos porque de eso sí me vuelvo una consumidora.
Ahora que si nos ponermos a psicoanalizarnos te diré que el símbolo de los zapatos se relaciona con lo masculino.
besos
Ah, esos psicoanálisis. Un profe del claustro decía también que eran la encarnación del deseo y el erotismo (o algo así), sobre todo los de tacón.
Sí, eso de cambiar las cosas de bolsa es un poco de flojera, pero negra? No te latería un colos menos sombrío, aunque fuera un azul oscuro?
Gracias por tu visita Carmen, un abrazote!
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