"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


6.10.08

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A petición de doña Carmen , quien me invitó. La onda es la siguiente:

1.- Poner las reglas en tu blog.
2.- Compartir seis cosas que me gusten y seis que no me gusten.
3.- Elegir seis personas al final y poner los enlaces a sus blogs.
4.- Avisar a estas personas dejando un comentario en sus blogs.

Ahi va, con pequeñas modificaciones:


Me gusta:

La lluvia.
Oír llover. Quedito, a veces, por la mañana, o fuerte: el golpear rítmico, calmo o tempestuoso de la lluvia. Las calles mojadas. El pasto y las flores y las hierbas y el cemento mojado. Las cosas que brillan con la luz que se refleja en el agua. El aire limpio y fresco y húmedo que queda después de llover. Caminar con el mango del paraguas apoyado sobre el hombro, jugando a darle vueltas mientras llueve quedito. Ir de copiloto en un coche mientras llueve, escuchar música que me guste y cantar. Ver llover desde un lugar que no sea mi casa, un lugar donde uno pueda sentarse en alguna mesa cerca de un ventanal y disfrutar algo: bebida, lectura, compañía. El olor a tierra mojada que a veces se levanta, y el olor a barro mojado que algunas macetas regalan. ¡Que ganas de darles una mordida!

Un joven xiqueño
Su sonrisa y sus ojos; su voz, escrita y hablada y cantada y callada; y su alma. Cómo no, pa' qué negarlo. Generosidad, luz y agua. La pura poesía.

El chocolate
¡Mmmh! Bebida de los dioses, ovus est, ahora ya democratizada para beneficio de todos nosotros los mortales. Antes de dormir, una tacita en la cama, ¡qué balsamo! El almendrado, mi favorito, entre más espumoso mejor. Y unas pasas o unos granitos de café cubiertos con... ¡mmh! Y su combinación con menta, en helado sobre todo, ¡qué maravilla! La película, sí, me gustó mucho. Tengo una amiga colombiana que le tiene una verdadera pasión y me cuenta su sueño: crear una clínica del chocolate, donde trabajen expertos en las propiedades curativas que el cacao ofrece al alma, y dejar a los psicólogos sin trabajo. ¡Sí cierto!

Las gladiolas
Que la gente dice que es flor de cementerio, no es cierto. ¡A quién se le ocurre! Las flores son para la vida, todas, que para eso se regalan a los difuntos, digo yo, para celebrarles la vida con la que nos regalaron. Las gladiolas, pues, tan altas y elegantes, tan generosas, con todas esas bellas y delicadas cabecitas ladéandose con tanta gracia hacia un lado, y después hacia otro, ascendiendo, jugando al tiempo, a seguirse, a perpetuarse, a irse abriendo poco a poco y con coqueta timidez. Las rojas y las blancas, sobre todo, tan intensas, tan definitivas, tan seguras de sí mismas, con una voz bien firme y clara y a la vez suave -las últimas-, y seductora -las primeras-; las moradas tienen un encanto místico, las rosas me parecen un poco cursis, las color duraznoso, un poco kitsch - pero, en realidad, todas son hermosas.

La honestidad
Que no es lo mismo que el cinismo, y tampoco exacto sinónimo de sinceridad. Tiene que ver, creo yo, con algo ético, con el actuar, con el respeto hacia uno mismo y hacia otros. No con lo moral, no con seguir las reglas: me parece que ser moral, muy a menudo, es más eso, seguir reglas de conducta, y seguir reglas por seguirlas, sin reflexionar mucho en ellas o en cómo se originaron o para qué, puede llegar a hacernos una especie de autómatas controlados por miedos a las consecuencias o por testarudez de dogma. La honestidad, en cambio, tiene que ver con un criterio propio, con el actuar que surge del respeto hacia uno mismo y hacia otros, del cuidado hacia los otros y del lugar que se habita en común.

Manejar
Aunque hace mucho que no lo haga, y no en tráfico, por supuesto. Lo disfrutaba particularmente las tardes soleadas entre semana sobre periférico, camino hacia Acatlán, una de las escuelas de la UNAM cerca de la hermana república de Satélite, en mi querido México. Con música y cantando, también, y si llevaba algún copiloto que me hiciera segunda, mucho mejor, como Jessica y nuestro My Sharona o Sólo por hoy, o mi hermana y Babasónicos o Smashing Pumpkins, o Pao y Mercedes Benz.

Los Beatles
Ovus est. Herencia de mi padre. Blackbird, de las más. Y Rain, por supuesto. Y Savoy Truffle. Revolver de mi álbumes favoritos, como Abbey Road. Yellow Submarine, cantada con mi buen y long lost friend Pepe en la clase de matemáticas, que ambos pasamos de milagro. De Let it be, Accross the Universe. In short, todas, absolutamente todas me gustan. Mi beatle favorito: Harrison, sí señor.


No me gusta:

La hipocresía.
Definitivamente, número uno en la lista (y que conste que no estoy numerando en ningún orden de importancia). Me parece alevosa y violenta. Esa penitencia que Dante les asignó a sus practicantes más acérrimos me parece una excelente descripción del acto: eran condenados a llevar siempre una capa con capucha, hecha de plomo, que les cubriera los cuerpos y el rostro siempre, sin volver a mostrarlos jamás. Eso me parece la hipocresía: un disfraz, ocultarse con o sin alevosía y ventaja, un engaño incisivo. Dante los mandó hasta el octavo círculo - fue más benévolo con los golosos y los lujuriosos, ¡fiú!. Ahí dense un paseíto.

La falta de compasión
Que podría llamarse también, creo yo, crueldad; y que a veces puede surgir no necesariamente de un afán de dañar sino de cierta ignorancia de la condición del otro. La compasión, me parece, pide comprensión, escucha, tiempo, humildad - para hacer el esfuerzo de ponerse, hasta donde sea posible, en los zapatos del otro, y así acompañarlo.

La lástima
Aunque la Real Academia Española la use como sinónimo de compasión, a mí me parece que hay distinciones. La lástima, a diferencia de la compasión, implica distancias, niveles, jerarquías o estatus si se quiere. Ejemplo: una persona pasa por la calle y mira hacia abajo, ve a una persona sentada, recargada, sostenida apenas por la banqueta o el muro, que pide, y le da unas monedas, o un susurro o una mirada que quiere decir ¡pobre! La lástima denigra, resta humanidad.

Tener hambre
Me pone de muy mal humor. No sé por qué. Y comer, al contrario, de muy buen humor. Cuando la comida es rica, al terminar, me da un ataque de simpleza y carcajadez. Será que en materia de alimentación mi cuerpo reacciona con la misma complejidad que el de un bebé.


Bueno, este post ya se convirtió en una maraña de anécdotas y links. Gracias por la invitación, Carmen, lo disfruté harto.

Invitaciones a mi querida y queridos:

Luza

Don Jesús

Chris

Jorgito Danielito

9 comentarios:

Carmen dijo...

Gracias querida, fíjate que a mi re patean las gladiolas pero con esa descripción tan bonita que hiciste hasta las voy a ver con otros ojos, me cae.
No me gustan porque esas flores y los claveles eran los que nos pedían en la escuela para celebrar a los maestros en su día, y como a mí no me gustaba la escuela primaria pues me la recuerdan. That´s all.

ursula dijo...

Jijiji, es que son tan bonitas! A mí tampoco me gustan los claveles, no dejan de recordarme a los comerciales de Carnation Clavel... ya sé, súper chafa, ni modo. Aunque los blancos con orillitas moradas son lindos.

Abrazo!

Juan Carlos Medrano dijo...

¡Pero qué bochorno hace por aquí!
Harto me sonrojé.

///

Comparto la idea de la honestidad y la "manejada". Habrá que hablar largo y tendido sobre los Beatles y el chocolate y poner los pros y contras de la lluvia (cuando llueve como lo hace en mis terruños).

Y creo, también, que en la falta de compasión (sobretodo allí), se encierran muchos de los males del mundo.

Finalmente:
A mí también me gustas, lucciola:
mucho y muy en serio.

Besos de chocolate blanco (y si se puede helado, mejor).
Un abrazo "bien dado" y "sentido".

Paz.

Anónimo dijo...

Hola Ursula !
Un saludo muy retrasado y un gracias por visitar mi blog y harceme el honor de poner la foto del cofre de Perote en tu blog.
Espero que te este yendo de maravilla y espero conocerte pronto despues de todas las cosas lindas que he oido y leido sobre ti por medio de mi queridisimo amigo/hermano "el peaton" don Juan Carlos MB.

Un abrazo pues.

Enrique

Ignacio dijo...

Hola Úrsula!

Muchas gracias por compartir este post jeje y por incluirme en tu lista de queridos =).
Fíjate lo que pasó, estas semanas han estado muy pesadas con exámenes sin control y llevo un buen de noches dejando la baba encima de los libros... en una de esos momentos que estoy medio que lee, medio que duerme te soñé caminando en Insurgentes, justo por la Michoacana de metro 18 de marzo y nos detuvimos a saludarnos, después seguimos caminando jeje no sé... y justo la mañana siguiente me pusiste un mensajito en el blog [me hizo pensar en eso de los vasos comunicantes de Breton ].... habiendo dicho eso, yo también comparto la manía por la lluvia y el chocolate... yo si me inscribo a la clínica! me gustó mucho la canción de Arenita Azul, me sabe a rayadura de coco con pescado asado jeje.

gracias por el mensajito en el blog... =)

ursula dijo...

Juan Carlo,

Le abanico. Y de paso, me abanico yo también, ji.

Yo también comparto con usted la opinión de que muchos males se originan en la falta de compasión. Del chocolate y de los Beatles, más que hablar habrá que propiciar experiencias.

Sí, si son de helado de chocolate blanco, mejor!

Abrazos sinceros para vos, y gracias por su deseo de paz.

ursula dijo...

ENRIQUE,

Qué gusto tu visita por acá. Hombre, gracias a ti por las fotos, que me han dejado ver un poco más de el bello Xico, que espero conocer pronto (y por no seguir las malandras recomendaciones de tu amigo-hermano, jiji).

Claro, será un placer conocernos, looking forward to it!


CHRIS,

Hombre, qué agradeces Chris, es la pura verdad. ¡Qué loco lo del sueño! Es sorprendente cómo funcionan a veces las coincidencias, no? Yo no me sé eso de los vasos comunicantes, de qué se trata?

Oye, pues qué afortunado sueño, los helados de esa Michoacana en particular son tan buenos! A ver si un día de estos coincidimos en la realidad y nos tomamos uno de fresa o de pistache.

Suerte con tus múltiples obligaciones escolares, ojalá tengas horas muchas de descanso pronto, cuídate, un abrazo!

pensamientovisible dijo...

Hermosa, me puse bien loca con la primera luna de octubre. Bárbaro, como que me faltaron praderas para correr desnuda. Por fin ya regresé a mí, un poquito rasguñada, y tu post fue ungüento. Ya hice los "megusta", sólo me falta elegir los "nomegusta" y te los posteo pa'trá, jiji.
Gracias por recordarme que las ideas pueden volverse un sitio para habitar con los demás. ;)
Me honras con tu elección, mucho. Un abrrrrazo ronrrroneado para los frrrríos. Luzinha.

ursula dijo...

Jajaja, sí, esta luna de octubre es poderosa. Las praderas son así, supongo, tienen flores y espinas, pasto y ramitas que se entierran en los pies. Mientras se disfrute, lo demás es experiencia.

Gracias por tus comentarios, bella Luza, ¡y por ese abrazo! Buenísimo, justo lo que me hace falta. Será un placer leeros, disfrutar esa ventanita al alma de Luzinha.

¡Un gran abrazo!