"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


1.12.11

Taxi Chronicles - Taxi driver's views on love



I. Lo que una mujer necesita
Toca el claxon y hace seña de que me acerque. Súbale señorita. ¡Ay, muchas gracias señor! Es que dije, si no la lleva el otro pues ya la llevo yo, es que llevo prisa, quiero llegar a ver la pelea. Pero era a las 9:30 no? Ese, estoy segura, fue el principio de la conversación. Después, tal vez por aquello de los deportes, me empezó a contar cómo correr lo salvó del alcoholismo, ahora corre maratones, todos los días se levanta a correr 25 kilómetros, y su lugar favorito es el Bosque de Tlalpan. Tuvo un maestro que le enseñó a correr bien y sin lastimarse. Y después comenzó a hablar de su pareja, es más chica que yo, como veinte años, andaba con otro pero lo dejó para venirse conmigo. ¿Sabe? Es que lo que una mujer necesita es que la quieran, nada más, que la quieran.


II. El defecto de la mujer
Gracias, buenas tardes. Buenas tardes señorita ¿a dónde la llevo? Oiga, pero, ¿tendrá cambio de a doscientos? Claro, pero si no van a ser menos de ciento cincuenta. Waka-waka, pensé. Y luego no sé cómo llegué a la frase Nunca he tenido la suerte de subirme con una mujer taxista. Qué bueno. El día que se suba, bueno, va a ver, e hizo una seña que de una u otra forma remitió a deficientes habilidades de manejo. Ay ya, no es cierto, dije yo. Mire, mis dos hijas han manejado taxis, las dos, y son buenas, pero bueno, las mujeres pa' manejar... y reiteró su opinión al respecto. No, mire, yo admiro mucho a la mujer, la admiro mucho, yo creo que las mujeres son muy inteligentes, muy inteligentes, pero tienen un defecto: enamorarse.

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