"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


24.3.08

Preacher at the bus stop

Hace ya varias semanas (o tal vez sólo una o dos, el tiempo pasa tan lento y tan rápido a la vez) fui a tomar una clase de tai chi a una zona no muy linda. Era ya un poco tarde (considerando los estándares de esta ciudad) y la parada de autobús estaba bastante obscura. Como siempre (y como siempre, sin darme cuenta) le sonreí al extraño que se acercó a ver el horario de los autobuses - como yo no me había dado cuenta que tal útil instrumento estaba ahí, estaba llamando al servicio de transporte público para averiguar cuánto tiempo más tardaría en pasar el camión, aunque no creo que llevara esperando más de uno minuto o dos; como le sonreí y como algo habrá inferido del punchamiento de botones y de las idas y venidas de mi mirada (del número de la parada al teclado de mi celular) el tal señor me preguntó que si tardaría mucho tiempo en pasar el camión - alguito, alguito, unos diez minutos.

La siguiente pregunta, mucho más inesperada, fue cuál es tu religión, así, llanamente, sin ninguna preparación de terreno ni ninguna sútil o amable demanda, de esas de las que uno no se puede escapar; mi respuesta habitual en estos lares, donde por extrañas y desconocidas razones he tenido que llegar al punto de construirme una respuesta, fue, por supuesto, soy católica pero no practicante (aunque, en inglés, el verbo ser puede omitirse con gran facilidad).

Ante tal respuesta, el don se sorprendió y me dijo cómo? Yo le contesté que dios no necesita intermediarios, y este hombre, que resultó ser hindú converso al ateísmo, converso a uno de tantos cristianismos y actualmente pastor anglicano, se rió un tanto desdeñosamente, y yo tuve que aguantarme las ganas de decirle algo así como ah, la iglesia de Enrique VIII! con todas las sutiles y no sutiles implicaciones de tal afirmación que saboreaba en mi cabecita y nada más en mi cabecita.

Total, acabó invitándome a la misa de pascua y ofreció presentarme a la congregación y hasta llevarme de regreso a mi casa... Pero yo, como buena mexicana, acabé cumpliendo sus expectativas de los mexicanos - léase, gente que dice que sí y luego no se aparece, y que no hace lo que su iglesia dicta al pie de la letra; afirmación que después nos ganó un silencio incómodo en el camión, cuando el señor tuvo a bien preguntarme de dónde era.

1 comentario:

Ignacio dijo...

hola de nuevo Ursula!!

Me identifico totalmente con este blog y pues algo que me ha pasado (maximo 3 veces) durante este año y que la verdad nunca hubiese creido que me pasare, y menos aquí... es exactamente eso de los "preachers" algunas veces en el camión, "on campus", o simplemente en la calle me han preguntado que si he pecado, que si conozco a Dios, que si me arrepiento, que si la culpa, que si el infierno, que si puedo redimirme....la primera vez por cortesía y un tanto por que estaba medio desconcertado les conteste todo el "bendito" quiz y hasta puse mi nombre para no se qué cosa... claro siempre diciendo sí sin la intención de jamás hacer nada. Luego en el camión ha sucedido igual al punto de decirles que soy chamán (lo cual generalmente les asusta jiji aunque hay que tener cuidado considerando lo violenta que puede ser la gente -sobre todo en eeuu. ) Lo que mas me ha parecido "diferente" por no decir fuera de lugar o inclusive cómico es ver las pancartas de 2 metros de altura con palabras como "sinner. homosexual. thieves" antes del spring break .. y el circulo de estudiantes, lanzando piedras verbales, pero entretenidos......
ahora si, como el César...

pan y circo
pan y circo.

(Eso de las instituciones tampoco me ha funcionado nunca) jaja