"...to enclose the present moment; to make it stay; to fill it fuller and fuller, with the past, the present and the future, until it shone, whole, bright, deep with understanding."

Virgina Woolf, The Years


28.6.15

Through the Looking Glass I - El flotante espejo de plata Parte 3

En seguida oirás cómo sigue esta historia, pero primero he de hablarte del príncipe.

Este príncipe se llamaba Girolamo y vivía en un reino fabuloso. Todos los que vivían en él amaban y admiraban al príncipe. Un buen día, los ministros le dijeron al príncipe: "Majestad, debes casarte, porque así es como debe ser".

El príncipe Girolamo no tenía nada que oponer, de modo que llegaron al palacio las más bellas señortias del país, para que pudiera elegir a una. Todas se habían puesto lo más guapas posible, porque todas querían casarse con él.

Pero entre las muchachas también se había colado en el palacio un hada mala, que no tenía en las venas sangre roja y cálida, sino sangre verde y fría. Claro que eso no se le notaba, porque se había maquillado con mucho cuidado.

Cuando el príncipe entró en el gran salón dorado del trono, para hacer su elección, ella pronunció rápidamente un conjuro, de modo que Girolamo no vio más que a ella. Y además le pareció tan hermosa, que al momento le preguntó si quería ser su esposa.

- Con mucho gusto - dijo el hada mala -, pero pongo una condición.
- La cumpliré - respondió Girolamo, irreflexivo.
- Está bien - contestó el hada mala, y sonrió con tanta dulzura, que el desgraciado príncipe casi se marea -, durante un año no podrás mirar el flotante espejo de plata. Si lo haces, olvidarás al instante todo lo que es tuyo. Olvidarás lo que eres en realidad y tendrás que ir al país de Hoy, donde nadie te conoce, y allí vivirás como un pobre diablo. ¿Estás de acuerdo?
- Si no es más que eso - exclamó el príncipe Girolamo -, la condición es fácil.


Fragmento de Momo, de Michael Ende. 

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